Los sentidos nos conectan con el mundo que nos rodea. A pesar de sus limitaciones, hacen posible nuestra experiencia de la vida como seres humanos en este maravilloso planeta tierra.
Los sentidos (vista, oído, gusto, tacto y olfato) te ponen en contacto directo con el momento presente. Cuando les prestas atención de manera intencionada (Atención plena, mindfulness) puedes parar el «parloteo» de tu mente. La mente no tiene tiempo para generar pensamientos ni para viajar hacia el pasado o el futuro.
La vista y el oído son los sentidos que más cantidad de información nos trasmiten de nuestro entorno. Su predominio se ha visto reforzado en las últimas décadas por los avances de las nuevas tecnologías que se basan en canales audiovisuales como medios de procesar información. Por ello, captan de manera inmediata nuestra atención. Quizás tenemos que poner más interés para recuperar toda la experiencia sensorial que nos perdemos al no fijarnos en el resto de los sentidos (gusto, tacto y olfato).

PRÁCTICA
MEDITACIÓN DE LOS CINCO SENTIDOS– Te invito a dedicar 10-15 minutos para prestar atención a las experiencias sensoriales. Puedes permanecer de pie, sentado/a, acostado/a, como prefieras. Dedica 2-3 minutos por sentido. Tal vez descubras que tu experiencia del mundo exterior se enriquece al explorar sensaciones que pasabas por alto al centrarte sólo en las percepciones visuales y auditivas más obvias.
- Tacto: Comienza concentrándote en el contacto de tu ropa con la piel y continua con lo que te rodea: percibe la temperatura del aire que te envuelve, toca algún objeto que tengas al alcance. Cierra los ojos y con tus manos explora ese objeto (textura, dureza, flexibilidad, temperatura, etc.)
- Vista: Mira a tu alrededor. Fíjate en los colores, las formas, los detalles.
- Olfato: Con los ojos cerrados, pon atención a los aromas que percibes. Si no percibieras ningún olor, disfruta de tu capacidad olfativa, al tiempo que visualizas los órganos del olfato en la nariz. Puedes percibir las sensaciones del aire cuando entra por tus fosas nasales.
- Oído: Escucha con los ojos cerrados los sonidos cercanos y lejanos. Explora todo el rango de tonos y volúmenes. Esucha los sonidos internos de tu cuerpo así como los del entorno. Fíjate en el modo en el que algunos sonidos se modifican y desaparecen.
- Gusto: Con los ojos cerrados puedes comenzar saboreando el interior de tu boca y luego dar un mordisco a un alimento (fruta, chocolate,..) o degustar una bebida. Mastica y saborea cada bocado.
«Nuestra cita con la vida tiene lugar en el momento presente. Nuestra cita se encuentra aquí, en este mismo lugar.»
Thich Naht Hanh