Cuando hemos contemplado muchas veces la naturaleza del corazón, llegaremos a entender que este corazón es como es y no puede ser de otra manera. Sabremos que los caminos del corazón solo son como son. Esa es su naturaleza. Si vemos esto claramente, entonces podemos despegarnos de pensamientos y sentimientos. Y no tenemos que agregar nada más si constantemente nos decimos a nosotros que “esta es la manera en que es”. Cuando el corazón verdaderamente entiende, deja ir todo. El pensar y sentir aún estarán allí, pero ese mismo pensar y sentir estará desprovisto de poder.
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Es como estar irritado al principio por un niño al que le gusta jugar de una manera que nos molesta tanto, que lo regañamos o amonestamos. Pero más tarde entendemos que es natural para un niño jugar y actuar de ese modo, por lo cual lo dejamos solo. Lo dejamos ir y nuestros problemas se terminan. ¿Por qué se terminan? Porque ahora aceptamos la manera natural de los niños. Nuestro panorama ha cambiado y ahora aceptamos la verdadera naturaleza de las cosas. Dejamos ir y nuestro corazón se torna más sereno. Ahora tenemos el entendimiento correcto.
Un árbol en un bosque (Ajahn Chah)